
Hoy acudí a la biblioteca, vaya decepción. Los martes, cada 15 días, son complicados para mi. Trabajar en mi espacio, desde mi experiencia, me acostumbró a un entorno completamente a mi servicio y cuando se rompe esa armonía, me pone de malas, así que en días como hoy busco espacios que me brinden la misma vibra de tranquilidad. Después de mi primera actividad del día me bañé y me dirigí (ojo, sin desayunar) a la Biblioteca Vasconcelos. Total, llegué con la intención de aparcar el coche en su estacionamiento, salir a desayunar rápidamente y regresar a trabajar. Ya lo tenía todo perfectamente calculado. Mi día se derrumbó cuando se me ocurrió guardar el pase del estacionamiento en mi mochila, ya que este artículo se revisa cuando entras y sales caminando del recinto. Mi primer propósito era desayunar y como llevaba la lap en mi mochila y un par de libros, le dije a la guardia de seguridad que llevaba libros pero que eran míos. Me dijo, okay, solo abre tu mochila. Y yo, como buena chica lo hice, pero OMG, el maldito pase del estacionamiento. Lo vio y le di todas las armas para molestarme. ¿Ese pase es del guardarropa?. No, es del estacionamiento. ¿Eres de las que trabajan en el centro comercial?. ¡¿Queee, noooo?! Solo quiero salir a desayunar algo. No, no puedes dejar tu vehículo aquí. Ah, pero solo quiero desayunar, voy a regresar de inmediato. No, no puedes. Pero… No, no puedes. En fin, cedí e intenté trabajar y aguantarme el hambre. Subí y pregunté por la contraseña del wifi. La burocracia, respondió no tenemos wifi. Solo nuestras computadoras tienen internet, ¿quieres, una?. Yo, asintiendo con la cabeza, sí, claro. Tienes que tener la credencial para que te de una computadora. Inmediatamente yo, ¡que pendejada!. Molesta, mientras cargaba mi teléfono, maldije la Biblioteca ¿entonces que hago aqui? No me pueden tratar así. Ahí voy otra vez, decidí mentir y evitar a la que me había bateado la primera vez. Ahora eran dos. No, no no no no, puedes dejar tu coche aquí. Furiosa, me fui. La otra opción era ir a la Biblioteca México pero tiene pésima ubicación para los conductores como yo.
Después de eso me quedo pensando en lo complicado que es asistir a la Biblioteca, un lugar donde se supone que tienes la libertad de estudiar, convivir, vaya, simplemente ser. La Vasconcelos no es nueva para mí, pero hasta hoy me di cuenta de varias limitantes. ¿Qué es eso de que no puedo salir a comer? Oye, necesito energía para pensar. Segundo, ¿cómo que forzosamente se requiere de una credencial para acceder al wifi? ¿no puede un foráneo, extranjero hacer uso de las instalaciones por un día? Aquí y en China, cualquier persona que tenga interés en estudiar, trabajar, relajarse, en la biblioteca debe de tener acceso a todos los servicios, justo porque es pública. Quizás esa sea una de las razones por la cual la gente no se acerca a la Biblioteca Vasconcelos, más allá de ser un lugar fotografiable. Si lo analizamos… es un edificio innecesariamente gigantesco, frío, con poca luz, con mobiliario cero cómodo. Y me acerqué a ese lugar más por necesidad que por deseo, y es que a mi alrededor no hay bibliotecas públicas, o al menos eso pensaba. Acabo de googlear bibliotecas y hay unas 5 cerca de mi; las voy a buscar y les daré mi opinión.
Es muy triste lidiar todavía con la burocracia, a veces se vuelve como una carrera de obstáculos empezando con los guardias de seguridad privada, desgraciadamente es lo que hay.